Reportajes Koichi Sugiyama: Las pruebas draconianas

Koichi Sugiyama: Las pruebas draconianas

Hablar de Koichi Sugiyama es hacer referencia a uno de los compositores pioneros más importantes dentro de los videojuegos. Una primera nota bien afinada que da pie y contexto al conjunto de la obra que estaba por llegar.

EL PRÓLOGO

En la década de los ochenta, un ya afamado Sugiyama por sus composiciones para cine y televisión entre las que destacan “El regreso de Ultraman”, “Cyborg 009” o su colaboración en “Godzilla vs. Hedorah”, contactó con Enix (mucho antes de su fusión con Squaresoft) como un simple admirador de los títulos de la compañía. Un gesto inocente que abriría camino a la colaboración del compositor en un primer proyecto llamado World Golf para, un año después, escribir la banda sonora de la que se convertiría en la franquicia más rentable de la compañía: Dragon Quest.

EL COMIENZO DEL VIAJE

En 1986 se publica en Japón y con gran éxito Dragon Quest para Famicom. Con Koichi Sugiyama al mando del apartado musical nos topamos con una banda sonora que, a pesar de estar muy limitada por la tecnología del momento pudiendo usar únicamente tres canales de sintetizador, consigue reducir al mínimo su esencia y presentar en torno a diez temas para este título, entre los que destaca la obertura ya mencionada arriba que se convertiría en el santo y seña de la saga de videojuegos apareciendo en todas y cada una de sus entregas, ampliada e interpretada de diversas maneras.

El carácter de sus composiciones para Dragon Quest siguen la línea del periodo Barroco: gran fanfarria y presencia de un bajo continuo que tuvo gran importancia en las bandas sonoras de las primeras entregas por estar más limitadas tecnológicamente que las actuales. Es tremendamente coherente que un saga de videojuegos con treinta años de historia, y tan conservadora en su propuesta jugable, cuente con una banda sonora de corte musical tan clásico.

Debido al gran éxito del juego y su banda sonora, Sugiyama fue pionero en componer una suite sinfónica que luego sería habitualmente interpretada por la Tokyo Strings Ensemble, así como en ser grabada en directo durante su interpretación. Algo convertido en lo habitual a lo largo de los años, entrega tras entrega de juegos de la saga Dragon Quest, edición tras edición. Mención especial a la excelente banda sonora de Dragon Quest VII.

LA AVENTURA PROSIGUE

A pesar del éxito con Dragón Quest, Sugiyama no se centró únicamente en ese proyecto y participó activamente en las bandas sonoras de otros juegos como World Golf II & III, Tetris 2 y Bombliss o Monopoly. Así mismo siguió componiendo para cine y televisión, apartándose mínimamente de su estilo clásico para profundizar en arreglos de jazz y efectos sonoros.

En torno a 1995, a la edad de 64 años, decidió retirarse parcialmente con sus dos últimos juegos para SNES, Mysterious Dungeon 2 y Dragon Quest VI, aunque siguió siendo el único compositor de esta última saga.

Para un músico, “retirarse parcialmente” resulta un eufemismo a la hora de elegir mejor a qué  proyectos dedicarle tiempo. De esta manera,  Sugiyama siguió trabajando y en 1996 volvió a grabar y editar todas las suites de Dragon Quest a excepción de la quinta entrega.

Años más tarde, coincidiendo con el lanzamiento de Dragon Quest VIII y V para PS2 volvió a estar en el punto de mira debido, al fin, al avance tecnológico y la posibilidad de implementar partituras completamente orquestales en dichos juegos, interpretada por la Orquesta sinfónica NHK y siendo una de las primeras partituras de videojuegos en ser retransmitida por streaming.

EL FINAL

Actualmente, Koichi Sugiyama sigue en activo componiendo para todas las entregas de Dragon Quest y ofreciendo varios conciertos al año en Japón, ostentando así el récord guinness por ser el compositor de videojuegos de más avanzada edad en activo.

Por ser un precursor se ha convertido en leyenda y una fuente de inspiración para toda la industria del videojuego y sus colegas compositores ya desde una época muy temprana de su éxito. Se le considera, y no sin razón, el padre de la música de videojuegos, así como uno de los pilares en los que se fundamentan la escritura de bandas sonoras junto a Koji Kondo y Nobuo Uematsu.

Después de más de treinta años sus melodías siguen muy presentes y nos acompañan a lo largo de todo tipo de aventuras. Así que, solo nos queda esperar al próximo periplo con la mirada puesta en un pasado más presente que nunca.

 

*Artículo escrito por el colaborador Ismael Vidal.

Redaccion

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Comentarios no permitidos
    • Pep
    • En: 16 de diciembre de 2018

    “así como uno de los pilares en los que se fundamentan la escritura de bandas sonoras junto a Koji Kondo y Nobuo Uematsu.”

    Estoo, y a Yuzo Koshiro donde lo dejamos???