Opinión Opinión :: Animal Crossing y la magia de sentirse aceptado

Opinión :: Animal Crossing y la magia de sentirse aceptado

Ante la inminente llegada del nuevo título de Nintendo, vuelve a surgir la duda obvia: ¿por qué gusta Animal Crossing? Desde un punto externo y ajeno al fenómeno, la pregunta es comprensible: estamos ante un simulador de vida con menores capacidades que Los Sims, un juego de gestión mucho menos elaborado que Cities: Skylines, una carga narrativa que ni se acerca a juegos como The Last of Us y un mundo “abierto” de construcción mucho más modesto que Minecraft. Con tantos competidores, ¿dónde reside la magia de Animal Crossing? ¿Qué es lo que lo hace tan especial?

El pasado 20 de febrero, miles de personas se mordían las uñas delante de una pantalla esperando detalles del nuevo Animal Crossing. Ojalá poder observar desde lejos tal fanatismo y enfocarlo desde una posición neutral y objetiva, pero debo admitir que yo pertenezco –y con mucho orgullo– a ese grupo de fanáticos aldeanos. Esta histeria colectiva, compartida por miles de personas de todo el mundo, es donde se esconde el secreto mejor guardado de este juego: su comunidad. Y no me refiero a los simpáticos animales cabezones de cada pueblo, no, me refiero a las personas que juegan, que crean, que cazan bichos, que pescan, que decoran su casa. Ellos y ellas son la verdadera magia de este título.

Un pueblo donde cabe todo el mundo

Negar que la industria del videojuego aun padece machismo es un hecho atrevido. Desde luego que hemos avanzado mucho, pero aún hay numerosos pasos que dar para que este hobby sea un lugar abierto para cualquiera. De hecho, Animal Crossing tiene una especial relación con las jugadoras femeninas. Y no, no es porque a las mujeres les atraiga más un gameplay casual y una estética kawaii. Por supuesto, la intención de Nintendo era apelar a este tipo de público, pero creo que la explicación va más allá de un simple factor de marketing. Muchos juegos que apelan al público masculino tienen jugadoras y viceversa. Animal Crossing triunfa entre el género femenino no porque sea un juego para mujeres, sino porque es un juego que no las rechaza. Por supuesto que hay mujeres jugadoras de Call of Duty, League of Legends o God of War; pero las comunidades que rodean estos títulos pueden ser crueles, y la barrera de entrada es muy complicada –más aún si estamos hablando de una mujer en un entorno online–.

Resultado de imagen de animal crossing new horizons

La comunidad de Animal Crossing se ha hecho famosa por celebrar toda la información que llega sobre el nuevo título

Sin embargo, la comunidad de Animal Crossing es una utopía dentro de esta industria. Sus fans ansían otro título, pero no lo exigen, no crean campañas de boicot, no desprecian a los nuevos jugadores, alaban los cambios y mejoras, y miran con una amabilidad inusitada a todo lo que rodea el juego. No creo que sea correcto denominarlos conformistas, pero si tienen algo que se echa de menos en otras comunidades: ilusión. Otro de los colectivos que se sienten arropados por el juego es el LGBTI, y es porque Animal Crossing aboga por la neutralidad de género, algo que comienza a repetirse en otros títulos como el reciente Temtem. Pero la aceptación no es solo fuera del juego, también ocurre dentro. Todo el gameplay es sencillo pero moldeable. Puedes dedicarte a pasear por el pueblo o participar en un duro campeonato de pesca donde se pondrá a prueba tu precisión, habilidad y paciencia. Animal Crossing atrae al jugador casual pero no deja de lado al hardcore. Sabe que puede satisfacer a los dos y crea una simbiosis ideal, un entorno que atrae y no expulsa.

Es más, este enfoque en la jugabilidad nunca deja de ser fresco. Lejos de grandes batallas, trepidantes escenas de acción, exigentes retos o competitividad online; Animal Crossing ofrece tareas mundanas, un ritmo tranquilo, música relajante y una experiencia de juego que reproduce un hogar agradable, al que acudir repetidas veces, que vive y evoluciona sin nosotros, pero que nos añora.

Nuevos horizontes

El nuevo subtítulo de esta última entrega es New Horizons, sin duda más simbólico de lo que puede parecer. Por fin se puede elegir el color de piel de nuestro aldeano, y se han añadido referencias a culturas antes ocultas en la saga, como la mexicana. La comunidad del juego es abierta porque el propio juego es abierto. Desde el género, el color de piel, la dificultad, el objetivo y hasta la edad. Seas quien seas, puedes ser un aldeano. Simples gestos, desde que tus vecinos te recuerden y lamenten que lleves tiempo sin jugar, hasta la divertida bronca de Rese T. Ado cuando nos olvidamos de guardar, nos recuerdan que somos uno más, que importamos, que nuestra presencia es relevante.

Por supuesto todo esto tiene una repercusión en el entorno donde habita esta comunidad. La industria del videojuego se retroalimenta de sus consumidores y sus actitudes. Antes se prefería lanzar un juego en condiciones desastrosas –aún tengo esa espinita clavada por lo que pudo ser y lo que fue Assassin’s Creed: Unity–; y ahora las desarrolladoras se atreven a anunciar retrasos si son necesarios. Ya no se teme la respuesta del fan, y eso es gracias a los recientes relatos sobre el crunch y la explotación laboral, que han creado una necesaria sensación de empatía entre la comunidad y el trabajador. La comunidad gamer evoluciona, y con ella también lo hacen los juegos y su entorno.

Imagen

Fan-art realizado por la artista @popztoz en Twitter

Un juego que siempre se ha relacionado con un público masculino por su gran cantidad de violencia y su acción frenética es Doom. No desvelamos ninguna sorpresa si indicamos que también hay mujeres que juegan a Doom y hombres que juegan a Animal Crossing, pero, por culpa de los valores impuestos por la sociedad, a veces no somos capaces de verlo. Sin embargo, el destino ha querido que el nuevo título de Nintendo salga a la venta el mismo día que Doom Eternal, la nueva entrega de la saga. En redes sociales se ha vivido una relación entre las dos comunidades que pocas veces se ha visto con anterioridad en la industria. Los dos grupos de fans han comenzado a romper los estereotipos de los jugadores de cada saga, han compartido bromas, memes, fan-arts y comentarios que comparten la ilusión por jugar. Una de estas bromas más recurrentes es la de mostrar al fornido y musculoso protagonista de Doom, Doomslayer, comprando en una tienda el título de Nintendo; y a Canela –personaje muy popular de AC–, haciendo lo mismo, pero con una copia de Doom Eternal.

Un fenómeno social que ha llegado a provocar que la cuenta oficial de Doom pregunte en Twitter si Canela –Isabelle en inglés–, aparecerá en New Horizons. Puede parecer poca cosa, pero es un acercamiento entre dos comunidades que demuestran que todas las personas pueden convivir en esta industria, y que incluso un solo jugador puede tener gustos tan diversos. Al mundo de los videojuegos le hacen falta más Animal Crossing que nos muestren de vez en cuando lo bueno que tiene que ofrecer esta pasión. Ya sea cazando demonios a ritmo de heavy metal o regando flores con un suave piano de fondo, está claro que hemos dado un pasito más para que todo el mundo se sienta bienvenido a esta isla desierta que son los videojuegos.