Análisis Shadow of the Tomb Raider. La oscuridad llegó sin guion

Shadow of the Tomb Raider. La oscuridad llegó sin guion

Vayan por delante dos cosas antes de ahondar en este Shadow of the Tomb Raider. La primera es que jugar a la nueva aventura de Lara Croft es divertido, o por lo menos, debería sello para una grande mayoría de este planeta. Tiene acción, tensión, rompecabezas y hasta cierta épica llegado el momento. La segunda es que esta última parte de la trilogía que prometió narrar el nacimiento de esa arqueóloga adulta que todos conocemos peca precisamente de eso, de perderse en su discurso, de olvidar evolucionar hacia algo más que sus hermanos pasados.

Lara sigue luchando contra la Trinidad y se acabaron las historias. Esta es una carrera contrarreloj. Una guerra arqueológica donde todo vale, y donde nuestra joven protagonista no dudará en acabar con quien se ponga por delante. ¿O sí? El problema de Shadow of the Tomb Raider, es llevar a Lara a una oscuridad anunciada en la que ni ella misma se siente cómoda. Su mayor dolencia es un guión en el que la protagonista acaba de matar a un grupo de mercenarios, piensa en la ética de esa acción, y cinco minutos después está haciendo lo mismo.

No quiero que se malentienda. La narrativa no es horrible ni está a chirriar cada poco, pero sí que tiene un punto enfocado en Lara donde nada acaba de encajar de todo. Al margen de posibles spoilers, sería sencillo decir que en esta última parte sus creadores trataron de crear una película dentro de una mecánica de jugabilidad muy acertada (ya puesta en escena con los dos primeros juegos) pero que se diluye, que le falta gas, como si no se hubiera tirado bien la caña que se pidió en la barra. El número de cinemáticas ha aumentado enormemente, pero no se cuenta más de lo que ya se venía diciendo, o que lo que se escucha en los diálogos es muy obvio.

Y ya está. El resto sigue intacto. Jugar a Shadow of the Tomb Raider es una auténtica gozada a través de su apartado visual, con una multitud de escenarios bien creados e hilados entre sí. Caminar por la selva peruana es toda una experiencia de sonidos y efectos luminosos, igual que lo es pararse un momento a observar las rutinas de los animales que en ella viven y que podemos cazar para obtener materiales que, como ya estamos acostumbrados, usaremos en la creación de prendas de ropa o herramientas varias.

Los momentos de escalada siempre sorprenden por su buena ejecución en los movimientos de Lara, que en esta nueva aventura puede incluso llenarse de barro el cuerpo para que los enemigos no la detecten entre la maleza y las rocas. También funcionan especialmente bien las zonas de buceo, genialmente recreadas. Por cierto, ya querrían los nadadores olímpicos tener los pulmones que maneja la señorita Croft.

Con una progresión de habilidades y armas que va en aumento a medida que avanza la historia, el jugador se encuentra a gusto. Todo es familiar pero a la vez sabe que se pulió en su justa medida todo lo que conoce. Es sólido en varios puntos y entrar dentro de una tumba a la búsqueda de un objeto oculto o perdido es una experiencia particularmente dulce que recorrer. Es raro encontrar un rompecabezas especialmente complejo, más aún cuando tenemos esa posibilidad de apretar el stick y hacer brillas las piezas del mismo, pero la cosa funciona a las mil maravillas, y no produce una sensación de aburrimiento. Todo el contrario, es agradable.

La IA enemiga no es demasiado compleja, y los tiroteos pueden resolverse por la vía rápida en la mayoría de los casos. Hay cierta invitación al sigilo, pero no se premia especialmente, ya que aún ante un grupo de mercenarios bien armados tenemos las de ganar. Probablemente ahí Eidos Montreal (fue este estudio el que asumió su desarrollo, y no Crystal Dynamics como en las anteriores entregas) cayó en cierta contradicción. El juego nos da armas muy potentes desde los primeros minutos pero la intención es que tratemos de pasar inadvertidos. Al final, es igual, pues no afecta de manera real a la historia.

Shadow of the Tomb Raider no es un mal juego en sí mismo, pero sí palidece frente a lo que se esperaba de un título que suponga un punto final la ese renacimiento de Lara Croft. Tanto Tomb Raider como Rise of the Tomb Raider, son mejores. No son perfectos, pero ambos funcionaban correctamente en su línea, y aún poseyendo una narrativa palomitera tampoco querían que esta destacara demasiado, a sabiendas de lo qué contaban. Eran divertidos, y sus errores podían verse tapados por sus virtudes. Shadow of the Tomb Raider toma todas esas mecánicas que los hicieron triunfar, pero olvidó, en algún momento, que tenía que ser el broche de oro a una trilogía que resucitó uno de los símbolos de los videojuegos.

6.9

Lo mejor

  • Todo el apartado visual es sublime, sobre todo cuando la luz invade ciertas estancias
  • Las mecánicas originales de exploración, rompecabezas y acción se mantienen frescas y divertidas
  • Recorrer las tumbas tiene un componente adictivo

Lo peor

  • El torpe guión que lleva a la aparición diálogos muy forzados y poco creíbles
  • Las ayudas visuales restan buena parte de la gracia a la exploración (se pueden quitar)
  • La velocidad inhumana de Jonah para llegar antes que Lara a los sitios, aún yendo por el camino más largo
Carlos Pereiro

Creador de Morcego. Escribo cousas, falo de cousas e encántame escoitar cousas.

Comentarios no permitidos
  1. […] historia de Lara Croft non acaba de verse cómoda nas súas puntuacións. Shadow of the Tomb Raider, xa analizado nesta páxina no seu día, trátase dun xogo notable, pero con algunhas carencias importantes. Curiosamente, non é nada do […]